Llevo un proyecto desde hace tiempo que vamos realizando trabajos a medida y según la ocasión. La idea no era hacerlo todo de una vez, sino ir despacio pero con un objetivo fijo. Esto tiene la ventaja de que me permite experimentar en 1 ha de terreno, que el jardín evoluciona conmigo y que veo semana tras semana su estado.
Acabo de preparar dos propuestas para plantar una gran masa de vegetación, debe ser ‘barato’ -como siempre- y no tener mucho mantenimiento -como siempre-. Así que no puedo volverme loca y dado que la extensión es grande y no tengo un jardinero dedicado a esto, la paleta de plantas debe ser pequeña.
Propuesta 1
Pues bien, me quedé hace tiempo con una imagen de un campo salvaje del que comúnmente conocemos como geranios, pero con la diferencia de que éstos son la madre de los geranios, las especias, los salvajes y asilvestrados, los que crecen libremente en las montañas y valles de Sudáfrica de donde realmente vienen. En mi opinión es aún más bonito un jardín cuando tiene una buena historia detrás…
Personalmente no soy súper fan de los geranios, pero siempre hay excepciones. Pero cada vez les he cogido más cariño. Será por dónde vive.
Y esto es lo que quiero hacer. Quiero darle la vuelta a la tortilla a los patios de geranios y transformar el interior de jardín de un Cortijo en una plantación de pelargonium como el de la foto-. En medio creo que plantaré agarrantes, rosas blancas e iris para que asomen sus flores respingonas en alguna que otra semana del verano, todo ello acotado por una valla abajo de mirto -el verde eterno-.
Ese geranio que todavía no sé si voy a plantar o no. Me ha costado encontrarlo y lo cierto es que llega un momento en que no es tanto tener ideas si no encontrar el material para hacerlas realidad. La verdad creo que iba a quedar espectacular. Quieren flores, por si no ha quedado claro. La verdad es que no tengo foto de nada parecido, porque si alguien lo ha hecho antes no lo he visto ni leído. Éste es un geranio arbustivo que en buenas condiciones puede crecer hasta los 2m. No será el caso, tendrá una poda al año para mantenerlo a raya. Me encanta la idea.
Propuesta 2
Sin embargo, tengo una idea más barata. Ejem. Pero más trillada y utilizada, aunque claramente muy romántica.
Ésta es una plantación de una gramínea con espigas parecidas a las colas de un conejo, pero más largas -los Pennisetum otro paja muy de moda-, pero así como éste tiene una espiga ligera y rosada, que se eleva con delicadeza, su color es rosa pastel, transparente -el pág. setaceum de la foto inferior es una invasora en España y los que podemos utilizar aquí siempre se me quedan algo cortos en el tono rosa de la flor, aunque puede ser la luz-. La inflorescencia dura todo el verano hasta que se poda después del invierno siempre que no se ponga muy fea por las lluvias. La cosa es que en esta ocasión me entran dudas de plantar algo con tan poco color -los colores pastel a la luz del día en el Mediterráneo, tienden a perder fuerza con tanta luz, y sólo ganan fuerza al atardecer cuando se apaga el día-. En cambio, los fucsias proclaman en el cielo durante todo el día la intensidad de su color. ¡Por algo se plantan geranios y gitanillas! por destacar entre tanta luz y paredes de cal.
Las plantaciones en masa del pajoso Pennisetum sólo le he visto espectacular al atardecer pero nunca a pleno sol -es a la hora del crepúsculo cuando se hacen las mejores fotos, es algo que ya me han repetido por activa y por pasiva, las fotos que me hicieron a mí por ejemplo, están hechas con esa luz, más evocadora que la de la de la exteriores-.
Pues bien, en estas estoy. Aunque yo creo que ya sé cuál sería mi opción, está por pasar el visto bueno. Pero en cualquier caso, aquí lo dejo: Geranios entre San Martín, agarraderos y rosales, o Pennisetum entre rosas e iris. Terrible cuestión.